miércoles, 10 de julio de 2013

Cero

http://www.youtube.com/watch?v=aPOOV4fq4m4

¿Sabes? Jode haber estado tanto tiempo necesitando un puto mensaje tuyo y no haberlo tenido...Me dolía que no te preocuparas por mi, no sabes cuanto... 'Nunca preguntabas nada, podría haberme muerto y ni siquiera te hubieras enterado.' Sabes que siempre fuiste el único al que quería, desde el puto día que te vi por primera vez. Me pregunto si recordarías esa fecha sin necesidad de que yo te lo dijera... Y que cualquier tío que apareciera en mi vida y se quedara, aunque fueran pocos días...siempre acababan sabiendo que si estaban en mi vida era para sustituirte a ti, es por eso que la mayoría acabaron cansándose. De que sólo les hablara de ti, de que me importaras más tú que ellos, aunque ellos me prestarán más atención que tú. Aunque, de hecho, eso no era ningún logro. Cualquier persona que no conociera de nada me prestaba más atención que tú en aquel tiempo. Yo hubiera estado sólo para ti si hubieras querido, pero sé cómo odias que te agobien, te gusta tener tu propio espacio y que nadie te acorrale, así que yo sólo te dedicaba el tiempo que sabía que podías y querías dedicarme tú a mi. Aunque bueno, a veces...a veces me pasaba. Tenía demasiadas ganas de hablar contigo y eso hacía que no pudiera contenerme y a veces te hablara mucho, tal vez más de lo que tú hubieras querido. Ahora sólo te pido una cosa, y es que no vuelvas como si nada...No vuelvas, no vuelv...
No sé por qué, de pronto dejaste de tener tiempo para mi. Tus mensajes cada día pasaron a ser un mensaje a la semana, luego uno al mes, hasta llegar a no recibir ningún mensaje tuyo nunca. Meses enteros sin ninguna señal, sin que me explicaras nada, sin poderte contar lo que me pasaba...Era una tontería pensar que podríamos llegar a ser algo porque lo único que había entre nosotros eran obstáculos, pero siempre intenté que te sintieras querido, sé que lo sabes y es algo de lo que me siento orgullosa. ¿Sabes? Después de tanto tiempo...leo tu nombre y sigo teniendo ese nudo en la garganta. No vuelvas...no vuelvas...no vuelv...Duele ver como desde que yo me fui de tu vida han entrado tantas personas en ella. A algunas todavía las mantienes, otras también acabaron yéndose, y...quién sabe, tal vez ahora mismo, o cualquier otro martes a las 2:31 de la madrugada te echen de menos. Echarte de menos... menuda tortura. No saben lo que les espera.
Cuántas lágrimas he derramado por ti, ¿eh? No sé yo si valieron la pena, para sólo una vez, para sólo un día. Pero qué día. Viendo tu sonrisa, pudiéndote mirar a los ojos por fin.
Tantas noches imaginando cómo sería verte otra vez...
Y es irónico que vuelvas a aparecer de la nada, como si todos estos meses habiendo estado desaparecido no importaran, como si no hubiera pasado nada...y es que a ti te resulta tan fácil hablar como si todo estuviera como antes. En cambio, yo incluso me pregunto si debería contestar a tus mensajes.
si quieres volver a verme, simplemente, si sigues ahí...si alguna vez piensas en mi, si algo te recuerda a mi, o simplemente si, cualquier noche de estas, te apetecerá volver a hablar conmigo.
Y ahora olvida todo lo que he dicho y vuelve, por favor.


@Yanohayganas

domingo, 16 de junio de 2013

Querida amiga

Miro tu muro y la mayoría de publicaciones son mías, será que te echo demasiado de menos. Y es que a veces detesto vivir de los recuerdos, pero es irresistible que ellos aparezcan en mi cabeza. Me dicen que escribirte es una pérdida de tiempo, pero yo no lo veo ni lo he visto nunca así, yo pienso que es una de las mil maneras que tengo de demostrarte, teniendo a 6.777 kilómetros, que te quiero. Y es que tal vez deberíamos dejar de llorar tanto por las distancias, y agradecer más el tiempo que estuvimos juntas. ¿Quieres saber una cosa? El tiempo pasa más lento que nunca sin ti, todo se hace eterno. Te necesito, y a veces más que nunca, sobre todo cuando estoy feliz porque me gustaría compartirlo contigo. Echo de menos tu sonrisa, echo de menos tus bromas, tu capacidad para hacerme reír en cualquier momento, echo de menos hablar contigo cada día, lo echo de menos todo de ti. Y es que la impotencia de no tenerte, de no poder tenerte hace que me pase los días pensando en cuando volveré a verte, y tengo miedo a no volver a hacerlo nunca más. Sigo teniendo la esperanza de que dentro de un año te veré. Sobre todo, no dejes de sonreír. Te quiero, pequeña.

martes, 21 de mayo de 2013

Erreape.

Aunque mucha gente piense que el rap es patrimonio exclusivo de los hombres, existe una buena cantidad de raperas que con su rap español están dando qué hablar en distintos países. Y lo cierto es que dentro del rap hay un machismo cada vez más evidente. Para empezar voy a explicar mi postura ante este tema, personalmente creo que las mujeres siempre han sido la minoría oprimida dentro de las mayorías oprimidas, no les basta con juzgar a las chicas por escuchar música que no es de su gusto musical, sino que encima nos reprochan a las que escuchamos algo que supuestamente es de hombres. ¿Por qué no entienden que a las chicas también nos gusta el rap y el reggae? Nos tachan de raras a muchas, es evidente que somos una minoría, pero merecemos ser respetadas por ello, al igual que merecen ser respetadas todas las otras chicas que escuchan otro estilo de música. Estoy harta de que a las chicas que tenemos un ídolo que canta rap, reggae, dancehall, etc. nos tachéis de "mojabragas", es decir, los chicos os pensáis que lo idolatramos sólo porque "es guapo" o "seguimos una moda", pero no os queréis o no os dais cuenta de que realmente estamos idolatrándolos por su música, porque se lo han currado, porque simplemente nos gustan cómo son. ¿Tanto cuesta entender esto? He intentado empezar esta entrada con todo el respeto que os falta a muchos de vosotros, pero creo que a lo largo de este texto es evidente que se ha ido perdiendo. Por esta razón pienso que las mujeres en general tienen más “cojones” que la mayoría de seudo machitos que presumen continuamente de ellos. Creo que es necesario decir que he empezado esta entrada basada en el machismo dentro del rap (he dicho rap porque es más evidente, pero en el reggae y dancehall también) por un comentario que han hecho en Twitter sobre mi ídolo ya evidente Elán Swan Fernández aka Fyahbwoy, el cuál se ha cortado las rastas por motivos que desconozco, y ha empezado una revolución. Los chicos, que se creen unos fans superiores, han empezado a decir que ahora las chicas, así, generalizando, ahora vamos a dejar de apoyarle por este motivo porque según ellos le seguimos sólo por su físico. Lo sorprendente es que chicas han apoyado el comentario. No tenemos suficiente con esto para que ahora chicas con mentalidad de una lechuga se unan a ellos. En fin, que sólo me quería desahogar, no quiero comentarios ni opininones porque me importan bastante poco. Así que penséis lo que penséis, me da igual, no os molestéis en escribir vuestra opinión. Un saludo a todas las chicas que escuchan rap, reggae y dancehall que nosotras también tenemos derecho a escuchar esta música. Un aplauso en la cara con cuchillos oxidados y muy afilados a todos esos chicos machistas que os creéis que este estilo de música es vuestro. Gilipollas.

martes, 14 de mayo de 2013

Quiéreme si te atreves.

Odio dar explicaciones, odio llorar delante de las personas, odio que no me crean cuando digo la verdad, odio que me molesten cuando estoy histérica. A veces digo las cosas sin pensar y cuando me doy cuenta es cuando ya he metido la pata. 
Soy tímida y me molesta estar a solas con una persona que he conocido hace poco porque los nervios y la timidez me dejan callada, sin saber qué decir o de qué hablar. 
Me encanta que la gente me conozca bien, que sepan como soy, lo que me gusta y lo que no. Odio que hablen de mí, lo odio y lo admito. 
Estoy enamorada del amor. Me encanta la sensación de que alguien te gusta demasiado, es como que te falta el aire, te ríes por tonterías, tiemblas sin razones, no sé, es muy bonito. Me sacan de quicio los hombres ignorantes que hablan mal de las mujeres, que se creen el centro del universo. A mí me gusta que me traten bien, que me hablen bien y sobre todo que me mimen. Me encanta escuchar a las personas, me siento bien haciéndolo. Adoro dar consejos, pero raramente los cumplo yo misma. No soporto la gente falsa, y me doy cuenta muy rápido quien lo es y quien no. 

Así que si te vas a enamorar de mí que sepas que te estas enamorando de mis inseguridades, de mis miedos, de mis dudas, de mi inmadurez, de mi pasado, de mis esperanzas y sueños, de mis metas inalcanzables, de mis ilusiones, de las estupideces que te diré para hacerte sonreír. 

lunes, 13 de mayo de 2013

"¿POR QUÉ LAS MUJERES VAIS JUNTAS AL BAÑO?"


De pequeñas nuestras mamás nos llevaban al baño, nos enseñaban a limpiar la tabla del inodoro con papel higiénico y luego a poner tiras de papel cuidadosamente en el perímetro de la taza. Finalmente nos decían: “Nunca, nunca te sientes en un baño público”. Después de eso, nos mostraba ‘la posición’, que consiste en balancearse sobre el inodoro en posición de sentarse sin que el cuerpo haga contacto con la taza. ‘La posición’ es una de las primeras lecciones de vida de una niña, súper importante y necesaria que nos ha de acompañar durante el resto de nuestras vidas. Pero aún hoy en nuestros años, ‘la posición’ es dolorosamente difícil de mantener cuando tu vejiga está a punto de estallar. Cuando tienes que ir a un baño público, te encuentras con una cola de mujeres tan larga que te hace pensar que dentro está Brad Pitt. Así que te resignas a esperar, sonriendo amablemente a las demás mujeres que también están discretamente cruzando las piernas y brazos en la posición oficial de ‘me estoy meando’. Finalmente te toca a ti, si es que no llega la típica madre con ‘la nenita que no se puede aguantar más’. Entonces verificas cada cubículo por debajo para ver si no hay piernas. Todos están ocupados. Finalmente uno se abre y te lanzas casi tirando a la persona que va saliendo. Entras y te das cuenta de que el picaporte no funciona (nunca funciona), pero no importa. Cuelgas el bolso en el gancho que hay en la puerta, y si no hay gancho (nunca hay gancho), inspeccionas la zona, el suelo está lleno de líquidos indefinidos y no te atreves a dejarlo ahí, así que te lo cuelgas del cuello mientras miras como se balancea debajo tuyo, sin contar que estas a punto de desnucarte porque el bolso está lleno de chorradas que has ido metiendo dentro, la mayoría de las cuales no usas, pero que las tienes por si acaso. Pero volviendo a la puerta: como no tiene picaporte, la única opción es sostenerla con una mano, mientras que con la otra de un tirón te desatas el cinturón y te bajas los pantalones y te pones en ‘la posición’. Luego llega el alivio. Ahí es cuando tus muslos empiezan a temblar porque estás suspendida en el aire, con las piernas flexionadas, las bragas cortándote la circulación de los muslos, el brazo extendido haciendo fuerza contra la puerta y un bolso de 3 kg colgando de tu cuello. Te encantaría sentarte, pero no has tenido tiempo a limpiar la taza ni de cubrirla con papel, interiormente crees que no pasaría nada pero la voz de tu madre retumba en tu cabeza “¡Jamás te sientes en un inodoro público!”, así que te quedas en ‘la posición’ con el tembleque de piernas… Y es que adoptar ‘la posición’ requiere una gran concentración. Para alejar de tu mente esa desgracia, buscas el rollo de papel higiénico pero el rollo está vacío (siempre). Entonces suplicas al cielo que entre los 3 kilos de cosas que llevas en el bolso haya un miserable kleenex, pero para buscar en tu bolso tienes que soltar la puerta, dudas un momento, pero no hay más remedio. Y en cuanto la sueltas alguien la empuja y tú tienes que frenarla con un movimiento rápido y brusco, mientras gritas “¡OCUPADO!” ahí das por hecho que todas las que esperan en el exterior escucharon tu mensaje y ya puedes soltar la puerta sin miedo, ya que nadie intentará abrirla de nuevo y te pones a buscar tu kleenex sin agobios, te gustaría usar todos pero sabes lo valiosos que son en casos similares y te guardas uno por si acaso. Ahí ya vas contando los segundos que te quedan para salir de ahí, transpirando porque llevas el abrigo puesto ya que no hay perchero, y es increíble el calor que hace en esos sitios tan pequeños y en esa posición de fuerza en la que sigues, con los gemelos a punto de estallar. Sin contar el portazo, el desnuque con la correa del bolso, el sudor que corre por tu frente,  el recuerdo de tu mamá que estaría avergonzadísima si te viera así porque su culo nunca tocó el asiento de un baño público, estás exhausta, cuando te paras ya no sientes las piernas, te acomodas la ropa rapidísimo y tiras la cadena. Entonces vas al lavamanos. Todo está lleno de agua así que no puedes soltar el bolso ni un segundo, te lo cuelgas al hombro y por fin sale un chorrito de agua fresca y consigues jabón, te lavas en una posición de jorobado de Notredame para que no se resbale el bolso y quede abajo del chorro. Tendrás suerte si no se te ha pegado un pedazo de papel higiénico al zapato y lo vas arrastrando. En este momento, cuando sales por fin del baño públivo, ves a tu chico que ha entrado y salido del baño de hombres y encima le ha quedado tiempo de sobra para leer un libro de Borges mientras te esperaba. “¿Por qué has tardado tanto?” te pregunta el muy idiota. “Había mucha cola” te limitas a decir. Y esta es la razón por la que las mujeres vamos en grupo al baño, por solidaridad, ya que una te aguanta el bolso y el abrigo, la otra te sujeta la puerta, otra te pasa el kleenex por debajo de la puerta y así es mucho más sencillo y rápido ya que una solo tiene que concentrarse en mantener ‘la posición’ y la dignidad.

domingo, 5 de mayo de 2013

NO ES UN ‘ADIÓS’, ‘ES UN HASTA PRONTO’.


Era una tarde fría de invierno cuando ella me comunicó que se marchaba. Al oírlo no me lo creí, y no porque pensara que me estaba tomando el pelo sino porque lo que me decía era tan cierto que no quería creer que la estaba perdiendo. Pensé que se iría a alguna ciudad cercana, o a algún país próximo, pero no, se alejaba seis mil setecientos sesenta y siete kilómetros de mí. Costaba entender que dentro de dos meses tendría a lo que había sido hasta ahora mi mejor amiga tan lejos de mí, que íbamos a estar separadas por un océano. Sabía que desde aquel día todo iba a cambiar, que a partir de aquel día ya no disfrutaríamos tanto de los momentos que íbamos a pasar juntas, porque ahora sabíamos que estos se iban a acabar pronto. Intentábamos estar todos los segundos, minutos y horas del día juntas, pero siempre acabábamos pensando en qué sería de nosotras cuando se fuera. Los meses transcurrieron y llegó ese día de Febrero en que ella se marchó. La acompañé al aeropuerto y estuve más de cuatro horas sentada a su lado, abrazándola y diciéndole que todo iría bien, que algún día volveríamos a vernos. Quedaba poco para que su avión despegara y era la hora de irse, justo antes de marcharse me dijo que se alegraba de haber podido compartir conmigo los momentos más especiales que había vivido hasta ahora, y la abracé. Se iba alejando y ya no podía contener más mis lágrimas, así que se fueron derramando despacio e iban bajando lenta y dolorosamente por mi mejilla.
A partir de ahí todo cambió, la echaba de menos y echaba de menos su sonrisa. Y aunque todo era diferente ahora, sabía que ella estaba aquí todavía de alguna manera. Deseaba cada instante poder abrazarla, aunque fuera tan solo por un minuto. Yo sabía que algún día todo iba a ser como antes, y lo que había separado la distancia no lo iba a separar nadie. Me reconfortaba pensar que dentro de algún tiempo yo estaría en un avión olvidando qué es la distancia. 

Y así nos va.

Puede que con otros te funcione pero conmigo no. No me gusta la gente que me habla demasiado, no me gusta la gente que quiere gustarme, ni que pretende caerme bien. No me gusta la gente que me hace la pelota ni la gente que cree que me conoce a los dos días de hablar conmigo. La gente que me importa y la gente por la que hago cosas es totalmente la gente a la que no te pareces ni en un puto detalle. La gente que me importa es gente que conozco de toda la vida o gente que a los dos meses pasó a ser de lo mejor de mi vida. ¿Sabes qué? Esas cinco, seis personas son lo mejor de este puto mundo. ¿Y sabes otra cosa? No necesito que ese círculo de personas aumente. No necesito a más gente, ¿que por qué? Sencillo. Cuanta menos gente, menos decepciones.  ¿Tan difícil es de entender que no quiero hablar contigo? ¿Que no quiero que me cuentes tu vida, ni contarte la mía? ¿Que no necesito que te tragues mis penas ni que te preocupes por mi? Puedo parecer fría, seca, borde, que no me preocupo por nadie, pero eso no quiere decir que sea así. ¿Crees que soy una antipática? Corre y ve a mis mejores amigos a preguntarles si cuando estoy con ellos soy como una estatua, si no hablo, si lo único que hago es contestar mal. Que sea borde contigo no significa que lo sea con todo el mundo. Sólo significa que hay gente que desde el primer momento que veo no quiero que forme parte de mi vida, punto. Y más si es gente que se interesa por mi vida simplemente para cotillear. No me gusta que la gente sólo porque vaya a mi instituto o me conozca de un par de días crea que soy su amiga o lo más gracioso, que crea que es alguien para hablar de mis amigos de verdad. No me gusta la gente que se mete en lo que hago o dejo de hacer y en lo que digo o dejo de decir cuando no afecta a NADIE. Hago lo que me sale del coño y digo lo que me sale del coño y lo más gracioso es que la gente lo critica cuando no tiene absolutamente nada que ver con ellos. Y lo mejor de todo, es cuando según qué gente trata de convencerte de que le importas, de que eres lo mejor de su vida después de haberte creado inseguridades, complejos y mierdas. Ahí sí que me comen el coño enterito. Me gustaría desaparecer por un tiempo, apuesto a que a la mayoría de la gente que me rodea se la sudaría un poco bastante. No me quejo, de hecho me da igual. Lo que me molesta es que luego vayan diciendo que les importo, cuando en realidad les intereso o por mis notas, o por mis amigos o por cualquier otra cosa que tenga que ver conmigo pero que no soy yo en sí. Y ya para terminar, un consejo desde lo más profundo de mi corazón: si soy borde, no me hables. Nadie te obliga. Gracias.
@Yanohayganas


Si puedes soñarlo, puedes hacerlo.


Yo, hace unos años, mirando vídeos por YouTube acabé en uno de un chaval que cantaba un tema bastante pegadizo, no sabía quién era, no había oído nada de él, para mí era algo totalmente nuevo. Escuché más canciones de él y me gustaban muchísimo, porque me decían algo que yo ni siquiera me hubiera planteado nunca. En su música había verdad, había talento, había un tío que se lo había estado currando para llegar dónde estaba. Este  chaval llevaba desde 2005 luchando, pero nadie apostaba por él y pese a eso seguía intentándolo. Nunca se rindió. En 2006 lanzó su primera canción y a partir de ahí se fue dando a conocer. Este tío desde que escuché por primera vez una canción suya hasta ahora ha sido y será mi ídolo. Es un clarísimo ejemplo de lucha. Me pasaba días intentando que supiera de mi existencia a través de Twitter, pero nada. La gente se reía porque no lo iba a conocer nunca, se burlaba de que yo quisiera cumplir mi sueño. Intenté ir a su primera colaboración en Barcelona y a su primer concierto aquí también, pero me fue imposible por varios motivos. No me cansé nunca de intentar escuchar su voz en directo, ni de que supiera de mí en Twitter. En Diciembre me felicitó por mi cumpleaños. En Marzo marcó FAV a uno de mis Tweets. En Abril escuché su voz en directo estando a primera fila después de estar nueve horas haciendo cola y ese mismo día lo conocí, hable con él durante mucho rato, y me hice fotos con él. Se puede decir que he cumplido mi sueño varias veces. Después de esto, ¿aún me decís que me rinda? ¿Que soy pesada con mis ídolos? ¿Que nunca los voy a conocer? Os diré algo: los sueños se cumplen, todos, sea el que sea, sólo si no dejas de luchar por ellos. Así que sed pesados, ahorrad, haced lo que tengáis que hacer, pero sobretodo nunca os rindáis. Yo tengo claro que voy a seguir siendo pesada, enviándole a mis ídolos si hace falta 200 Tweets por día, y si tenéis algún problema con eso me podéis dar Unfollow. Y sobretodo, mandad a la mierda a todos los que os dicen que nunca vais a cumplir vuestro sueño, esos no saben lo que es tener algo por lo que luchar. Ahora ya sabéis por qué me cabreo tanto si os metéis con mis ídolos. Que no se os olvide. ¿El nombre del chaval que me ha enseñado todo esto? Mi ídolo señores, Elán Swan Fernández, también  conocido como el chico de fuego. 

Te hamé con H, porque fue un error.


Nunca entenderé la facilidad que tiene la gente para olvidarse de mí. Llegan, desordenan mi vida, y se van. Se van de la noche a la mañana sin decir nada, sin dar explicaciones. Suelo culparlos a ellos, pero llegué a entender que lo más probable es que el problema sea yo. Quién iba a enamorarse de mí si soy un caos, un desorden, amarga como la espuma del café. Dicen que soy fría, pero el hielo también quema. Me cuesta callarme y no paro de exigir. Y es que quizá no estoy hecha para que la gente me quiera. Vamos, que tengo a Cupido sin puntería a mi lado. Cambian tantas cosas cuando hay alguien que te quiere, pero estoy harta de dar mucho y no recibir nada a cambio. Estoy harta de llorar pensando que no volverán, de soñar que nunca se habían ido. Las heridas que más duelen son las que dejan de hacer. Echar un litro de más significa echar a alguien de menos. Una vez alguien me dijo que el amor en conserva se caduca, y yo misma comprobé que no hace falta intentar conservar algo para perderlo igual. Así es mi vida, una desilusión constante. Hasta he llegado a pensar que me odio a mí misma porque reparto tanto amor que no me queda ni para mí. Así que lo siento por ti si aspiras olvidar a alguien que quisiste, ejercer el olvido por voluntad es imposible.
Lo único que sé del amor es que se escribe con H, y por algo será…

Falsas esperanzas.


No sabía muy bien lo que tenía que hacer, ni tampoco sabía cuál era la decisión correcta. Me hacían sentir cosas que nunca antes había sentido, y no acababa de entender por qué los dos tenían que ser tan perfectos. Pero tenía que ser uno, sólo uno. Mi mente me decía una cosa, pero mi corazón decía lo contrario. Me había prometido a mí misma que nunca más haría caso a mi corazón en situaciones así, ya que siempre terminaba mal. Estaba confundida, ya que sabía que el corazón me decía totalmente lo que sentía. Y era tan fuerte lo que yo sentía que incluso las mariposas de mi estómago sentían mariposas. Y una vez más, hice caso a lo que mi corazón me decía.
Le dije todo lo que sentía, que yo sería capaz de darlo todo por él, que la quería. Yo estaba segurísima de que él sentía lo mismo por mí, de lo contrario no se lo hubiera dicho. Me equivoqué, él no sentía lo mismo por mí. Estaba confusa, desilusionada y decepcionada. ¿Qué pasaba? ¿Por qué él ya no sentía nada por mí? ¿Por qué me creó todas aquellas ilusiones? ¿Por qué insistió en hacerme creer que me quería? Eran demasiadas preguntas, preguntas para las que no había conseguido encontrar una respuesta. Hablábamos a menudo, y él seguía intentando convencerme de que me quería. No sabía qué era lo que pretendía, pero, una vez más, me había equivocado con él. Con todo.
Yo lloraba, lloraba mientras me decía a mí misma que era una estúpida. Siempre tropezaba con la misma piedra una y otra vez, era como si me gustara ese dolor, o como si ya me hubiera acostumbrado. Esa sensación me recordaba justamente a mi infancia, cuando corría calle abajo en busca de aquel juguete que me había caído, y me tropezaba por tener prisa, por no vigilar, por no fijarme en esos pequeños detalles. Me caía al suelo y lloraba de dolor y de impotencia. Parece que con diez años no haya tenido tiempo de aprender que querer ir rápido y guiarnos por el instinto, no es siempre bueno, ni lo correcto.
Yo me había enamorado de una persona que creía conocer, una persona que me mentía constantemente, una persona que nunca llegó a oír todo lo que yo sentía todo y hacerme creer que sí. No podía parar de pensar en él, miraba sus fotografías antes de ir a dormir, y cada vez sentía cosas más y más fuertes para él. Me decía a mí misma que tenía que aprender de una vez a no enamorarme tan rápido, no crearme ilusiones y a no hacerme falsas esperanzas. Era hora de pasar página, y hacer caso a mi mente por una vez en mi vida.
Volví a hablar con él, él seguía tan estúpidamente enamorado de mí como yo del otro. Un par de conversaciones tontas, un encuentro, dos besos, un par de risas, y hecho. Me trató como si fuera una princesa, me hizo reír y fue capaz de que me enamorara de aquella preciosa sonrisa. Todo él había conseguido que yo olvidara todo aquello por lo que antes había pasado, sólo cuando estaba con él me sentía única y especial. Y me sentía bien. Acabamos juntos, y el mismo día que le dije aquel "sí, quiero salir contigo", empecé a pensar cómo hubiera sido esa experiencia si él, no fuera él, si fuera el otro.
Lloraba, ¿pero por qué lo hacía? Se suponía que esto era lo que debía hacer. Se suponía que esto era lo correcto. Pero no. No siempre se tiene que hacer lo correcto si sabes que los sentimientos son distintos. Hiciera lo que hiciera, acababa llorando. No sabía porqué lo hacía, pero eso era lo que sentía. Quizás un mal día combinado con música, no es una buena opción si lo que quiero es evitar llorar. Pensándolo bien, lo mejor era arriesgar y ser fiel a tus sentimientos que no hacer caso a tu mente para querer evitar sufrir después.
Terminé pensando que lo mejor era acabar con todo y seguir a mis sentimientos, guiarme por ellos y hacer todo lo que mi corazón me dijera.
Pero todo terminó siendo una falsa esperanza más, una más a la que añadir a la lista.

6.777 putos kilómetros.


-No sé que hago aquí, a parte de estar lejos de ti. 
-Tengo mil razones para amarte y ninguna para olvidarte.
-Un día sin tu mirada es como un cielo sin estrellas.
-No te secaremos las lágrimas, evitaremos que las derrames. 
-Duele tener a una persona en tu corazón, sin poder tenerla entre tus brazos.
-Deseo volver a abrazarte, aunque solo sea por un minuto.


-“You had a bad day, you're taking one down, you sing a sad song just to turn it around, you say you don't know, you tell me don't lie. You work on a smile and you go for a ride”.
-“Hey, my name is Justin and this is how I drum”.
-Somos un ocho tumbado con complejo de infinito.
-Tengo miedo a que ya no estés más a mi lado, a perderte, a estar sin ti...
-Yo por ti me quedaría mil madrugadas despierta escuchándote.
-No te pienso, no te quiero, no te extraño y no me creas.
-Sé que nos volveremos a ver, y todo volverá ser como antes.
-Eres lo mejor que tengo, lo mejor que tuve, lo mejor que tendré en esta vida.
-Mil y una tardes compartidas que por el simple hecho de pasarlas contigo, nunca serán olvidadas.
-Recuerdos que hacen que podamos revivir el momento.
-Te pido perdón por todas las veces que te he fallado.
-Y si te quiero tanto es porque siempre me has ayudado a pesar de haberme portado como una gilipollas contigo.
-Sólo tu eres capaz de sacarme las sonrisas más bonitas del mundo.
-Nunca te pido nada, pero hoy, sonríe. Porque les duele. Porque les jode verte feliz. Porque matarían por quitarte esa sonrisa de la cara.
LO QUE NO HA SEPARADO LA DISTANCIA, NO LO VA A SEPARAR NADIE.

Te necesito.

Si tu me das la espalda yo estoy tan perdida, tu eres ese hombro donde yo encuentro la calma desde niña, dónde yo puedo llorar sin miedo a nada. Tu eres incondicional, eres la sal en esta playa. Vaya donde vaya sabes que te echo de menos, y sabes que siempre necesito tus consejos. No me faltes, si me faltas yo me pierdo, nadie cree en lo que yo hago más que tu, y te lo agradezco. Gracias por estar aquí, porque sin ti estoy perdida. Ha llovido demasiado y tu no te has ido a casa, has cogido tu paraguas y has bajado aquí conmigo atenta bajo la lluvia por si cogía frío. Y es que siempre estás ahí, cuando más lo necesito, y dime lo que quieras, yo también estoy contigo. No quiero que llores ni una vez más, tu no sabes cuando ríes lo guapa que estás, por que si no reirías cada mañana al despertar. Si tú estás feliz, yo estoy feliz, si tú estás triste, yo te haré feliz. Te necesito aquí, ahora.

Postdata: te quiero.

Hola, te escribo para decirte que te echo mucho de menos, echo de menos tus abrazos y estoy deseando verte, que aunque ya no hablemos tanto como antes aún pienso en ti, que a pesar de todo lo que está pasando te quiero. Que pase lo que pase yo siempre estaré aquí para ti y cuando me necesites ya sabes donde encontrarme. Sonríe siempre pequeña, que ya te he dicho muchísimas veces que tu sonrisa es preciosa. Te quiero.

No te olvido, pequeña.


Sé que hace mucho que no te escribo, hace mucho que no hablamos, hace tantísimo que no te veo, hace tantísimo tiempo que quiero abrazarte. No sabes la de veces que he borrado todo lo que he escrito para volver a escribirlo una y otra vez, no sé qué palabras utilizar ni qué decir exactamente para demostrarte que te echo muchísimo de menos. Sólo quiero que sepas que nadie puede ni podrá sustituirte, nadie. Eres única, irremplazable, la mejor que he conocido nunca. No quiero ni que por un segundo pienses que te he olvidado. Que sepas que nos volveremos a ver, eso tenlo claro. Echo mucho de menos todas aquellas tardes juntas, todos aquellos momentos que nunca nadie podrá borrar, e incluso echo de menos que discutamos, que nos peleemos. Lo daría todo por volverte a tener aquí, todo. El 15 de Febrero del 212 no quiero que sea una fecha, ni que 6.777 sea un número, quiero que el día en que vuelvas sea una fecha que recordar, y que lo máximo de separadas que estemos sean metros, ¿sí?
Te quiero muchísimo, pequeña.

KEEP SWAG AND BE A BELIEBER.

"No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió". 
Algunas noches me pongo a pensar sobre todo lo que le diría a Justin si algún día le viera. Y también me pregunto si él entendería algo de lo que dijera porque aseguro que mi voz estaría temblando. Me imagino en el Back Stage con él, cantándole la canción que le compuse una de esas noches en las que estoy triste y cojo la guitarra.
Entiendo que no haya mil pases de cada concierto para conocer a Justin, pero sorteando los pocos que hay, se consigue cumplir un sueño y destrozar cientos. No tenemos la habitación llena de posters, ni la camiseta más original, no tenemos trescientos euros para pagarnos un Meet and Great. Suelen decirnos frases como: “Nunca conocerás a ese maricón” refiriéndose a Justin, jurados profesionales le comparan con corruptos, y afirman que le pegarían una patada. Y cuando alguien me dice que Justin merece una paliza, me duele como si me la dieran a mí. Llevo más de doscientas noches acostándome con el mismo pensamiento: un día menos. Hoy falta exactamente una semana y no sé cómo sentirme. Estoy feliz pero a la vez triste porque sé que el concierto durara poco tiempo, y que en cuanto Justin se marche de España no volverá hasta dentro de mucho tiempo, o tal vez no vuelva. Estoy triste porque le tendré muy cerca pero no lo suficiente como para abrazarle o darle las gracias. Y estoy triste porque sé que todas las chicas de mi alrededor se van a sentir igual. No me gustan las cosas con las que se me relaciona cuando digo que soy “Belieber”, no me gusta que me digan que soy una niñata sólo por escuchar sus canciones, no me gusta que me insulten cuando les digo que iré a su concierto, ni me que me digan que soy una superficial porque me guste un cantante guapo. No somos nada de eso, pero muy poca gente se toma la molestia de conocernos y saber lo que realmente somos.
Sólo espero que Justin se guarde un precioso recuerdo de Barcelona, y que vuelva algún día para volver a hacernos tan o más felices como lo hará el dieciséis de marzo. Que las personas que le puedan conocer lo disfruten tanto como lo haríamos todas las que, al menos, esta vez, no podemos conocerle. ¿Y QUÉ DIABLOS? SI UN NIÑO DE UN PEQUEÑO PUEBLO LLAMADO STRATFORD PUDO CUMPLIR SU SUEÑO, ¿POR QUÉ YO NO EL MÍO?