domingo, 5 de mayo de 2013

Te hamé con H, porque fue un error.


Nunca entenderé la facilidad que tiene la gente para olvidarse de mí. Llegan, desordenan mi vida, y se van. Se van de la noche a la mañana sin decir nada, sin dar explicaciones. Suelo culparlos a ellos, pero llegué a entender que lo más probable es que el problema sea yo. Quién iba a enamorarse de mí si soy un caos, un desorden, amarga como la espuma del café. Dicen que soy fría, pero el hielo también quema. Me cuesta callarme y no paro de exigir. Y es que quizá no estoy hecha para que la gente me quiera. Vamos, que tengo a Cupido sin puntería a mi lado. Cambian tantas cosas cuando hay alguien que te quiere, pero estoy harta de dar mucho y no recibir nada a cambio. Estoy harta de llorar pensando que no volverán, de soñar que nunca se habían ido. Las heridas que más duelen son las que dejan de hacer. Echar un litro de más significa echar a alguien de menos. Una vez alguien me dijo que el amor en conserva se caduca, y yo misma comprobé que no hace falta intentar conservar algo para perderlo igual. Así es mi vida, una desilusión constante. Hasta he llegado a pensar que me odio a mí misma porque reparto tanto amor que no me queda ni para mí. Así que lo siento por ti si aspiras olvidar a alguien que quisiste, ejercer el olvido por voluntad es imposible.
Lo único que sé del amor es que se escribe con H, y por algo será…

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